martes, 22 de marzo de 2016

Los 5 secretos para que tus hijos lean

Mis hijos no leían y yo, que como ya me vas conociendo un poco, soy súper lectora vivía angustiada porque no sabía cómo inculcarles el amor por los libros. Les repetía hasta la saciedad desde muy pequeñitos que saber leer era lo más importante del mundo porque todo se aprendía en los libros.

Gracias a los libros yo he viajado por todo el mundo, he vivido historias de amor, he resuelto asesinatos.  He sido prisionera de la inquisición e inmigrante en Nueva Zelanda. He sido escritora, policía, abogada, ama de casa, modista y maestra. Y todo sin moverme de casa.


Pero, pese a eso, ninguno de los dos mostraba el más mínimo interés por aprender a leer ni por la lectura. Sin embargo, con paciencia y algunos trucos todo cambió.


Si a tus hijos no les gusta leer pero tú estás convencido de que deberían hacerlo. Si te mueres por llegar a casa un día y encontrártelos leyendo en silencio en el salón. Si te encantaría que te pidieran libros como regalo en su próximo cumple, entonces éste es tu post.

viernes, 18 de marzo de 2016

El café de los viernes

El café de hoy quería habérmelo tomado ya el viernes pasado pero la verdad es que no sabía por dónde empezar. Me pasa siempre que escribo algo muy personal, me quedo agotada y tardan en volver a salirme las palabras. Pero eso es muy injusto para ti y no podía dejar pasar un día más sin darte las gracias.



Así que si estás preparado, pide tu café o lo que te apetezca porque hoy invito yo. Empezamos?

martes, 8 de marzo de 2016

Urgencias hospitalarias: vivir en el caos

Hoy yo quería traer un post mucho más divertido, quería traerte una historia amable de esas que nos hacen reír tanto.  Pero hoy estoy cansada, realmente estoy un poco harta, porque ayer tuve una guardia horrible. Lo cierto es que llueve sobre mojado porque la situación de las urgencias y, por extensión de la sanidad en general, está llegando a un punto insostenible. Y esto me apena y me cabrea. Mucho.

Hace unos días comentaba esta situación con mi marido y él, que me conoce desde hace tantos años, que me ha visto volver de tantas guardias, en esta ocasión sólo me dijo una cosa: Escribe. Porque yo cuando me cabreo  hago dos cosas: calcetar y escribir. Bueno, a veces también grito, pero aquí me resulta complicado y, como si me pongo a calcetar haría una bufanda tan larga que saldría por la ventana, como en Como agua para chocolate, voy a darle la razón a mi marido y voy a escribir.



Hoy te voy a contar a ti, que alguna vez a lo mejor has sido paciente mío, cómo veo yo las cosas en esto de la sanidad y, teniendo en cuenta que soy médico de urgencias desde hace más de 10 años, creo que de esto sé un poquito.

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