viernes, 27 de noviembre de 2015

El café de los viernes: me gusta el fútbol.

Ya lo sé, he despotricado del fútbol todo y más. Me has oído quejarme de padres, de entrenadores, de equipos, de jugadores...y hoy vengo a contarte que me gusta el fútbol. Lee el post atentamente porque después lo negaré todo. Es más, supongo que tendré que deshacerme de ti porque ya sabes mi secreto...


Una revelación como ésta, de semejante magnitud, necesita un café. Bueno, en realidad necesitaría un gintonic, pero como no son horas vamos a conformarnos con el cafetín.

Ya te he contado en otras ocasiones lo mucho que yo odio odiaba el fútbol. Es un deporte que no me gusta nada, no disfruto viéndolo y me rechinan todas las cosas malas que hay a su alrededor. Porque Ronaldo y compañía han hecho mucho daño...

Pero claro, después de unos meses ejerciendo de madre de futbolista, he empezado a ver las cosas de otra manera. Contra todo pronóstico, el fútbol ha traído muchas cosas buenas a esta casa. Ojo, que no pierdo de vista a esos padres energúmenos ni a esos clubes competitivos desde los 5 años, pero soy capaz de quedarme con lo bueno.

Ayer por la tarde Anxo tuvo entrenamiento. Mientras esperaba en la grada se acercó a hablar con los padres uno de los directivos del club. Quería entregarnos una documentación de los niños pero nos dio tiempo a charlar un rato. Pasaba de los cincuenta y nos contó que era camionero. Acababa de llegar de Valladolid y hoy salía de nuevo hacia Barcelona. Y, en su tiempo de descanso, se dedicó a tareas del club y, por supuesto, a ver jugar un rato a los chavales.

El fútbol modesto se basa en la generosidad de las personas, de entrenadores y directivos que regalan su tiempo libre a niños que, como Anxo, adoran el fútbol y sueñan con llegar a ser profesionales. Tardes de invierno de frío y lluvia y fines de semana durante todo el año que no se pagan con las cuotas que aportamos los padres.

Gracias al fútbol mi hijo tiene un nuevo grupo de amigos y ha pasado de ser un niño tímido que pasaba el balón en cuanto lo tocaba a salir al campo dispuesto a comerse el mundo y, sobre todo, a celebrar los éxitos del equipo con todo el grupo. Gracias al fútbol yo me pego unos buenos paseos dos días a la semana y tengo tiempo para leer, calcetar y charlar con mi amiga Beby con la que comparto una de las tardes de entrenamiento.

Así que ahora, cuando piense en fútbol, intentaré obviar al señor Ronaldo y compañía y me quedaré con las personas como Javi, el entrenador de Anxo, que regala su tiempo a nuestros hijos. Olvidaré a los padres que gritan al árbitro o al equipo contrario y pensaré en Anxo y sus amigos abrazados como una piña.

Y conste en acta que sigue sin gustarme un pelo este deporte pero hay que reconocerle sus méritos...¿Me estaré volviendo loca? Por favor, dime que a ti te pasa algo parecido...

viernes, 20 de noviembre de 2015

El café de los viernes: café-protesta

Hace una semana estaba muy enfadada, muchísimo. El motivo de mi enfado era la situación de la sanidad pública española y entonces se me ocurrió que podía empezar los cafés-protesta. Pensé que después de los cafés de los viernes y de lado skype-cafés, que tantas alegrías me dan, era el momento de evolucionar y mostraros mi lado oscuro. La cara protestona de Lo en las nubes.

Pero mi vida real se impuso a mi vida blogger y no tuve tiempo para escribir el post que había pensado. Sin embargo, este fin de semana han ocurrido cosas en el mundo que me han animado a continuar con mi plan inicial. Así que, si quieres acompañarme, nos cogemos nuestros cafés y empezamos EL CAFÉ PROTESTA.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lo en las nubes cumple 2

Este post es de esos que nunca pensé llegar a escribir. Cuando empecé esta aventura de escribir un blog tenía serias dudas sobre mi continuidad a largo plazo y, sin embargo, gracias a ti, hoy estoy soplando las velas de mi segundo cumpleaños.



El once del once de 2013 a mí no me tocaba el cuponazo de la Once, me tocaba algo muchísimo mejor aunque yo no lo sabía en el primer momento. Ese día abrí la puerta de un mundo maravilloso lleno de cosas fantásticas y personas increíbles entre las que estás tú. Quién me iba a decir a mí que iba a llegar a conocerte tan bien, a contarte las cosas que pasan por mi cabeza, a quejarme cuando algo no me gusta o a compartir tantas alegrías.

Ni en mis mejores sueños había pensado en estar hoy aquí. Hace algunos años mis amigos empezaron a decirme, oye, deberías abrirte un blog para enseñar todas las cosas que haces. Así nació En las nubes. Y así nos conocimos. La cosa fue avanzando poco a poco, cada vez con más ganas de venir aquí a hablar contigo. Empecé a hablarte de libros, a hacer recetas, a enseñarte viajes y paseos y, en definitiva, a contarte tantas cosas que rondan mi cabeza.

Un año más tarde alguien sugirió, oye, deberías abrir una tienda y vender las cosas que haces. Lo que pasó a continuación ya lo sabes, el lunes se convirtió en una realidad. Llevo toda la semana con las piernas agotadas de la tensión y con una mezcla de emoción y pánico que hacen que las lágrimas asomen a mis ojos con más frecuencia de la habitual. Porque, independientemente del mayor o menor éxito que pueda tener esta aventura, yo ya tengo el mayor de los triunfos. El logro más importante que alguien puede conseguir es el cariño de los que le rodean. Y de eso, amigo mío, yo esta semana tengo sobredosis.

Sólo puedo decirte una cosa: aquí estoy, a tu lado, dispuesta si tú quieres a seguir cumpliendo años. Pero como hago con mi marido, vamos a ir renovando anualmente, para no aburrirnos. Eso sí, que nadie sugiera por favor que debería aprender a pilotar un avión, porque entonces seguro que nos vemos En las nubes.

lunes, 9 de noviembre de 2015

La tienda de Lo en las nubes

Este post me resulta complicado aunque al mismo tiempo estaba deseando escribirlo. Sabes que hace tiempo trabajo en un proyecto que me hace muchísima ilusión pero hoy, que ha llegado el día de enseñártelo, tengo un poco de vértigo. Me recuerda un poco a la sensación que tuve hace casi dos años cuando empecé a asomarme por aquí para contarte lo que rondaba por mi cabeza.


Así que voy a hacer lo mismo que entonces: cerrar los ojos y confiar en que vas a estar al otro lado.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El café de los viernes

Nunca he tenido una especial pasión por los viernes, supongo que influido porque, cuando uno tiene trabajo  el fin de semana, desconfía un poco de los viernes que en ocasiones esconden guardia el sábado o el domingo.


Pero desde que tengo esta cita semanal contigo reconozco que me encanta que llegue este día porque, tenga o no que trabajar, al menos paso un rato agradable comentando cómo nos fue esta semana. Así que si tienes un momento, nos sentamos y disfrutamos de nuestro café.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cantábricas en Copenhague

Se abre el telón y aparecen tres jóvenes listas, guapas y estilosas [sic] en la preciosa ciudad de Copenhague.



Se cierra el telón. ¿Cómo se llama la película? Sí, has acertado, la película se llama Cantábricas en Copenhague y yo te la voy a contar todita, te apuntas?

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