martes, 20 de junio de 2017

Me gusta el fútbol

No, en realidad a mí no me gusta el fútbol. Como deporte tolero ver un partido, no es mi pasatiempo favorito pero lo soporto, pero no me gusta nada lo que hemos montado a su alrededor. Y hablo con conocimiento de causa. Fui socia del equipo de mi ciudad durante cuatro temporadas y, cada dos semanas, asistía a partidos cuando las gradas no tenían asientos ni estaban cubiertas. Y te recuerdo que vivo en Coruña y que aquí en invierno llueve. Bastante. En mi infancia los domingos tenían la banda sonora de los pitidos del carrusel deportivo y crecí escuchando que Soberano es cosa de hombres (puaj). Pues eso, que de fútbol sé un rato.Y cada vez me gusta menos. 


Pero tengo la desgracia (o la suerte) de convivir con tres futboleros y sigo "disfrutando" de muchos más partidos de los que me gustaría. Mis dos hijos juegan en equipos de fútbol lo cual implica partido cada fin de semana: puede ser sábado, domingo o ambos. La mayoría de las veces es mi marido quien se encarga pero a veces coinciden a la misma hora y nos toca "doblar turno". Pese a mi disgusto con esta práctica tenemos un acuerdo tácito en casa que implica que yo me encargo de acompañarlos a los entrenamientos (dos días por semana, lo que implica cambiar mis turnos de trabajo tooodo el año) y él se ocupa de la competición. Hasta aquí bien. Aceptamos barco.

viernes, 2 de junio de 2017

Me bajo de la vida

Tengo una crisis existencial. He tardado unos tres meses en ponerle nombre a mi estado de ánimo pero ya está. No estaba triste, ni enfadada, ni aburrida pero no era capaz de tener la energía de siempre. Días y días dándole vueltas a la cabeza, mis padres preocupados, mis amigos pensando que estaba enfadada, hasta en el trabajo me decían que me pasaba algo...y yo sin saber qué decir. Pero ahora lo tengo claro: se llama crisis existencial.


Yo no sé si te ha pasado esto alguna vez, a mí me recordaba un poco a la sensación de no encajar en ninguna parte que tienes cuando eres adolescente. Pero, ¿ahora?¿una señora de casi 42 años que no tiene claro dónde está? A mí me parecía tan ridículo como a ti, pero el caso es que es así como me sentía. Lo peor de todo es que el motivo último de mi malestar era algo tan banal como las RRSS. Un poco inmaduro, no?

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