lunes, 17 de octubre de 2016

Manual de instrucciones para residentes

Si por alguna razón tienes que visitar un hospital en estas semanas te habrás encontrado con alguno de ellos. Son fáciles de reconocer: pijamas y batas de color blanco nuclear, zapatos impolutos y una expresión en la cara mezcla de miedo e ilusión. Son los R1. Médicos jóvenes que han terminado una carrera de 6 años y han pasado por un duro examen MIR para llegar a los hospitales y formarse como especialistas en la especialidad que hayan elegido. En algunos casos será la que siempre han soñado, en otros, la que la nota del examen les haya otorgado.



Hace tiempo que quería escribir este post; no porque quiera dar lecciones a nadie (consejos vendo que para mí no tengo) sino porque creo que mi experiencia puede servir de ayuda a alguien. Así que hoy me vas a permitir que dedique este post al DECÁLOGO PARA RESIDENTES.


  1. Durante la residencia hay que ESTUDIAR. Sí, ya lo sé. Has terminado una carrera de 6 años y has pasado otro más preparando un examen durísimo. Has aprobado el MIR y mucha gente piensa que ya has conseguido una plaza en propiedad para el resto de tus días; pero tú y yo sabemos que no es así. Te quedan por delante años de estudio y formación, cuando seas especialista tendrás que volver a preparar otro examen de oposición (si tienes la suerte de que las convocan, claro) pero no tienes ninguna posibilidad de ser un buen médico si no te sientas a estudiar. Es así. Tus adjuntos podremos enseñarte algunas cosas pero casi todo lo que necesitas saber está en los libros así que a estudiar se ha dicho.
  2. El PACIENTE es lo más más importante. Todo el mundo dice que los trabajos que implican trato con el público suponen un desgaste extra. Los pacientes y los médicos somos humanos y, como tales, podemos caernos bien o mal. La aversión a la humanidad en una guardia aumenta a medida que pasan las horas y alcanza su punto álgido alrededor de las cuatro de la mañana. Cuando te encuentres a estas horas atendiendo a un intoxicado que te vomita encima o haciendo un tacto rectal recordarás a esa abuela que está tan orgullosa de tener un nieto médico, y pensarás en la cara que se le pondría si te viera en ejerciendo en esa tesitura...pero no voy a engañarte: es lo que hay. Encontrarás pacientes educados y familiares odiosos, habrá gente que no debería haber ido al médico y algunos que han tardado demasiado, cada paciente es un mundo y tú estás conociéndolo en una situación de estrés que seguramente no te muestre su mejor cara. Así que intenta ponerte en su lugar: su edad, su nivel cultural, su patología...a veces una revisión de su historial médico puede abrirte los ojos y entender su comportamiento. Otras veces no es así, y también hay gente gilipollas y punto. Pero aún en ese caso no debes perder los papeles. Nunca.
  3. Formas parte de un EQUIPO. Podemos creernos el centro del universo pero un médico aislado sin todo el equipo que trabaja con él no es nadie. La mayor suerte que podrás tener en esta profesión es encontrar compañeros (enfermeros, auxiliares, celadores, administrativos...) competentes y profesionales. Los días que trabajas con un enfermer@ que coge una vía al paciente en cuanto tú piensas en ello, con un/a auxiliar que te ayuda con todo lo que necesitas sin pedirlo, con un/a celador que mueve al paciente en cuanto lo necesitas o con un administrativo que te ayuda con algún trámite en lugar de ponerte trabas, esos días saldrás de tu turno pensando que te comerías el mundo de un bocado. Pero todo esto no es posible si no nos tratamos con respeto. Todos somos necesarios para que el engranaje funcione.
  4. El paciente es tu RESPONSABILIDAD. Desde que yo empecé la residencia, en el año 2001, las cosas han cambiado bastante. La mayoría de ellas a mejor, todo hay que decirlo. Los residentes están ahora mucho más tutelados (afortunadamente para ellos y para los pacientes) pero a veces echo de menos más responsabilidad. No hay nada que me fastidie más que llegar a trabajar y encontrarme a un residente esperando a que el adjunto le diga que empiece a trabajar. Nuestro trabajo está claro: hay unos pacientes y tenemos que verlos; tú puedes ir empezando a ver cuál es el planning del día o qué pacientes están esperando en urgencias. Que haya otro médico al cargo no quiere decir que tú no seas responsable también.
  5. Hay que ser PUNTUAL. Con esto soy pesadísima. La impuntualidad es una falta de respeto para tus compañeros. En el caso de urgencias todavía más porque hasta que tú llegas tu compañero no puede irse. Este punto estaría bien que se lo aplicaran algunos adjuntos a los que desde aquí les mando un cariñoso saludo...
  6. UN PACIENTE, UN ADJUNTO. Hay un dicho que dice: Un médico cura, dos dudan, tres muerte segura. La medicina no es una ciencia exacta y es susceptible de muchas interpretaciones. Si le preguntas una duda acerca de un paciente a un adjunto y éste te da una indicación precisa de lo que tienes que hacer, NUNCA, NUNCA, NUNCA se lo comentes a otro. Lo único que vas a conseguir es tener una opinión diferente y, por lo tanto, entrar en un mar de dudas. 
  7. LOS ADJUNTOS TENEMOS SÚPER-PODERES. A lo largo de la residencia vas a pasar por diferentes fases. Los primeros días-meses seguramente lo pases regular, es posible que pienses que no tienes ni idea porque la práctica clínica puede alejarse bastante de los estudios de la carrera. Sin embargo, hay una fase cercana a R2 en que te crees el rey del mambo. Llevas un añito en el hospital, conoces a los compañeros, has hecho varias rotaciones y crees que te lo sabes todo. Juzgarás a los adjuntos y muchos de ellos te parecerán inútiles o creerás que no tienen ni idea. En algunos casos estarás en lo cierto (en la medicina el porcentaje de incompetentes supongo que estará al nivel de la media nacional en otras disciplinas...) pero recuerda siempre el dicho de "sabe más el diablo por viejo que por diablo". Ese adjunto al que tú consideras inútil lleva muchos años más que tú ejerciendo y te sorprenderá un día porque resolverá una situación complicada para ti. Ese otro que parece que no se entera de nada, tiene controlados todos los pacientes con un paseo por la sala de espera. 
  8. NO ERES TAN BUENO. Lo has clavado. Has tenido una guardia redonda. Hay días en que los astros se alinean y coincide un buen equipo, un turno tranquilo y tú te sales. Tienes claro qué le pasa a cada paciente y sabes cómo tratarlo. Te tocan pacientes y familiares agradables y respetuosos y vuelves a recuperar la fe en la humanidad. Haces tu primera punción lumbar y te sale a la primera y en la cafetería de cena te ponen pasta al dente recién hecha. Tú no pisas el suelo al caminar, hoy levitas. Recuerda este día, porque los habrá muy malos. 
  9. NO ERES TAN MALO. Te quedas dormido por la mañana y no te da tiempo a desayunar, tienes que aparcar tu coche lejísimos porque hoy estás de guardia con una adjunta psicópata de la puntualidad y no quieres llegar tarde por nada del mundo. Es lunes y no ponen ningún partido por la tele así que la guardia promete. Tus pacientes tienen una media de edad de 95 años y todos consultan por empeoramiento del estado general. Algunos vienen sin familias y los que vienen con familias te la están montando. Gritos por los pasillos y tú te olvidaste de hacer la petición de Rx con lo que el paciente ha tenido que esperar 3 horas más. Para colmo se ha puesto malo uno de tus pacientes que te parecía que no tenía nada, y ha tenido que venir a echarte un cable el adjunto ese inútil del que no te fías ni un pelo. Tranquilo. Sigues siendo tan buen médico como ayer. Intenta aprender de los errores que hayas cometido hoy y mañana será otro día.
  10. LA VIDA NO ES TAN GRAVE. Es el título de un libro escrito por un médico francés, autor también de un blog, pero es una frase que me repito bastante. Has escogido una profesión que te va a poner delante de situaciones límite desde muy joven. Probablemente veas un muerto de verdad antes que cualquiera de tus amigos no médicos. Verás morir a gente más joven que tú y a personas normales y corrientes que salen por la mañana de casa sin saber que su vida cambiará para siempre. Eso es lo más difícil que vas a aprender. Que la vida a veces es una putada. No hay otra manera de decirlo. Pero no todo es malo. Tienes mucha suerte de haber encontrado la profesión más bonita del mundo. Vas a tener la oportunidad de tratar, de aliviar, en muchos casos de curar. Mira a los pacientes a los ojos, cógeles la mano, escúchales. Con los años aprenderás que estos son los mejores tratamientos. Disfruta de cada día, comparte tus alegrías y tus agobios con tus compañeros. Llora con ellos, de rabia y de risa. Con los compañeros de residencia vas a pasar las siguientes navidades, los puentes y muchas, muchas guardias juntas. Salid de fiesta y disfrutad porque son unos años fantásticos. Cuídalos porque  son tus amigos para toda la vida.





Trabajo en un hospital universitario. Hay estudiantes y residentes a los que impartimos docencia. No soy una tía guay. Me gusta pasármelo bien en general y en el trabajo en particular, sobre todo teniendo en cuenta la de horas que pasamos aquí, pero no me gusta la tontería. Tenemos entre manos la salud de la gente y todos somos adultos y como tal debemos comportarnos. No te voy a reír las gracias y si no eres currante no creo que nos llevemos bien. Pero SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE vas a encontrarme detrás de ti cuando un paciente te preocupe o estés agobiado. 

Lo digo siempre, yo sé poca medicina. No creo que tenga ningún conocimiento que no esté en los libros. Pero lo que sí creo que puedo enseñarte es a tratar a los pacientes. El estudio, el cariño, la dedicación corren de tu cuenta; y no me cabe ninguna duda, serás un médico especialista estupendo.

8 comentarios:

  1. Buenísimo. Es tal como lo cuentas y cuando llegas de R1 a veces tardas en entender las cosas. SobreTodo si llegas mayor, médico hace tiempo y con miedo por el paso que has dado. Pero vale la pena. Gracias a profesionales generosos como tú y los auxiliares, enfermería, celadores, administrativos, limpieza... que estan ahí también para ser equipo.

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  2. Perfecto. Redondo. Un premio Nobel de post. Deberíamos cantar este decálogo. Todos fundamentales, pero el 2,3,8 y 9 para bordarlos en letras de oro.👏🏻👏🏻👏🏻

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  3. Me ha gustado mucho. Creo que se aplica a cualquiera que esté aprendiendo y que trate con personas. Yo soy profesora y trato con adolescentes. No les salvo la vida, pero son material inflamable, así que creo que todos debemos aprender y también tomárnoslo en serio.

    Besos.

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  4. Hola Lorena... te leo desde hace tiempo. Tengo una vida "paralela" a la tuya. Soy médico de urgencias en Huesca ( un hospital muy parecido al tuyo ), desde hace 10 años , más 3 de residencia.... hoy has escrito eso q muchos llevamos en la cabeza y no sabemos cómo expresar... como te entiendo cuando escribes esto y gracias por escribirlo .... intentare hacérselo llegar a mis residentes ... yo tampoco soy una tia guay, pero me preocupan mis residentes ... un abrazo... Elena

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  5. Que bueno este post!! Yo siempre he creído que los médicos sois dioses, y lo sigo creyendo
    Que bien para esos residentes que se van a encontrar esta pedazo de profe 🙌🙌🙌

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  6. Tenía muchas ganas de leer algo así de ti. "Manual de instrucciones para residentes", por fin. Y, sin embargo, reconozco que me ha dejado un sabor agridulce, casi amargo. Hacía tiempo que nadie me leía la cartilla así. Jolín. Sé que tengo que estudiar (para sorpresa de mi entorno que creía que "esto ya estaba hecho y que, después de preparar el dichoso MIR, qué menos, ¿no?") y que tengo que estudiar mucho (probablemente siga siendo una de las mayores responsabilidades en mi vida). Sé que tengo que ser puntual, que el paciente es lo más importante (por eso estudié medicina, por cierto) y que formo parte de un equipo. Además, soy plenamente consciente de mis limitaciones (y por eso, aunque a algunos adjuntos les reviente, les consulto). Sí, tienes razón: la vida no es tan grave y, después de ver el inicio de una sedación de un chaval de 20 años, sí, tu forma de ver las cosas, cambia. Pero no creo que nadie necesite que ningún adjunto le ría las gracias. No, no me parece justo, Lorena. Cada hospital y cada servicio organiza sus rotatorios y a sus residentes como quiere (o buenamente puede) pero, ¿más responsabilidad? Yo tengo la suerte de que, en mi hospital, POR LO MENOS los adjuntos de urgencias están despiertos porque, he escuchado a compañeros míos de hospitales vecinos contar que, estando SOLOS (un residente de segundo año y dos de primero) tuvieron que atender "una parada". ¿En serio? Sí, en serio. ¿En serio el paciente es lo primero? Y yo tengo la suerte de que en la plantilla cuento con dos o tres adjuntos que cogen pacientes, porque lo normal es que no vean ni uno solo en toda la j***** guardia (allá estemos al borde del colapso). Sí, entiendo que no estáis igual de disponibles para resolvernos dudas o ayudarnos con algún paciente complicado, pero vamos, hay momentos y momentos. Y desde aquí, gracias a todos los profesionales que marcan la diferencia.

    Yo os invito a leer esta carta. Tal cual. Como la vida misma. http://defutbolydemedicina.blogspot.com.es/2015/12/carta-los-pacientes-de-urgencias.html

    Una residente de segundo año (#EligeMFyC)

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  7. Non son R1, son compañeira do equipo, que algún comentario xa se menciona. Unha sutil reverencia, Lorena! Resulta complicado pola distancia compartir garda, mais xa quixera eu iso para recuperar a fe nos R ;-) Segue así, un saúdo desde o sur! :-)

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