Páginas

viernes, 20 de noviembre de 2015

El café de los viernes: café-protesta

Hace una semana estaba muy enfadada, muchísimo. El motivo de mi enfado era la situación de la sanidad pública española y entonces se me ocurrió que podía empezar los cafés-protesta. Pensé que después de los cafés de los viernes y de lado skype-cafés, que tantas alegrías me dan, era el momento de evolucionar y mostraros mi lado oscuro. La cara protestona de Lo en las nubes.

Pero mi vida real se impuso a mi vida blogger y no tuve tiempo para escribir el post que había pensado. Sin embargo, este fin de semana han ocurrido cosas en el mundo que me han animado a continuar con mi plan inicial. Así que, si quieres acompañarme, nos cogemos nuestros cafés y empezamos EL CAFÉ PROTESTA.

Soy una persona alegre y con tendencia al optimismo, muchas veces infundado, aunque en eso consiste ser optimista, no? En ver el lado bueno de las cosas cuando no hay muchos motivos para ello. Pues eso, que circulaba yo por mi vida tan feliz, con pequeños problemas cotidianos como todo el mundo, cuando empecé a oír hablar de Siria. La verdad es que lo único que sabía de este país es que estaba situado ahí por Oriente Próximo, en esa zona donde se mezcla África, Europa y Asia. Poco a poco se iba hablando cada vez con más fuerza de un "problema" con los refugiados provenientes de ese país que llegaban en número cada vez mayor. En ese punto empecé a enterarme un poco mejor de lo que pasaba y cuanto más me enteraba más flipaba. Porque la pena que me generaban a mí esas imágenes de familias enteras abandonando sus casas, sus trabajos, sus amigos, sus vidas crecía al mismo ritmo al que empezaba a oír voces en contra de acogerlos.

Y eso ME CABREA. Mucho. Cómo podemos tener la cara de decir, lo siento, en Europa no podemos asumir tantos refugiados...¿Es una cuestión de espacio? Pues nos apretamos. ¿Es una cuestión económica? Pues tengo una idea, que todos los ladrones que dicen llamarse políticos y nos han robado a lo largo de los años, devuelvan lo que se han llevado y todavía nos sobra para una fiesta. Hay quien, llegados a este punto, me ha sacado mi disculpa favorita: con lo mal que lo está pasando tanta gente en España, nos vamos a poner a ayudar a los de fuera? La respuesta es SÍ. Vamos a ayudar a los de fuera y a los de dentro. Porque, además, mucha de la gente que pone esa excusa es porque no ayuda ni a los de aquí ni a los de allá. Y eso también ME CABREA.

Ayer por la noche vimos en casa un documental: Living on one dollar. Si no lo conoces te lo recomiendo. Narra la experiencia de 4 jóvenes estadounidenses que emprenden como parte de un proyecto universitario la aventura de vivir 2 meses en la selva de Guatemala con un euro al día por persona. Cuando terminamos de verla mi marido y yo coincidimos en una cosa: la mirada brillante y las sonrisas sinceras que tenía esta gente pese a lo mucho que sufren. Pero a mí me impresionó aún más otra cosa, la capacidad de compartir que tenía esta gente. No tenían gran cosa para comer pero con lo poco que tenían hacían un festín para invitar a estos 4 chicos. Pese a ser todos pobres, en un momento de enfermedad o de necesidad urgente, se unen para salir adelante. Leí en algún sitio que el 75% de las probabilidades de tener éxito en tu vida están determinadas por tu lugar del nacimiento, y sólo el 25% dependen del esfuerzo, el estudio o la suerte. Pero claro, como a nosotros nos ha tocado nacer en el sitio bueno, pues a estos que les den. Adivinas, verdad? Esto también ME CABREA.

Y después de los atentados de París de hace una semana, he tenido que leer en algún sitio, lo siento mucho pero, si en medio de los refugiados hay la posibilidad de que se cuele un terrorista, pues entonces cero refugiados. Eso es, como alguno puede ser malo, pues mejor que se mueran allí todos juntos porque los europeos hemos tenido la suerte de estar en la orilla buena del mundo. Y esto ya colma mi capacidad de CABREO.

Pero pese a todo yo sigo siendo optimista. No quiero vivir amargada. No quiero que mis hijos tengan una madre triste. Quiero que sepan que hay gente que vive peor que nosotros pero que hay muchas cosas que podemos hacer para ayudarles. Desde colaborar económicamente hasta participar en actividades solidarias. Que todos somos iguales y debemos tener las mismas oportunidades y que no importa el color, la nacionalidad o la religión. Quiero que mis hijos crezcan creyendo en los demás porque hay mucha más gente buena que mala así que me guardo las imágenes de la gente ayudando a desconocidos, de los pescadores recogiendo a refugiados en el mar, de los parisinos abriendo sus puertas los días de los atentados a desconocidos que no podían volver a sus casas. Eso es lo que quiero que aprendan y lo que me gustaría que hicieran si se ven algún día en la situación.

Espero que te haya sentado bien este café y que me disculpes por mi cabreo de hoy. Ya se me pasó.

7 comentarios:

  1. Mejor dicho imposible! Gracias por escribir tan bien lo que pensamos muchos otros.

    ResponderEliminar
  2. Me encanta! Viva la protesta, yo también soy muy optimista pero también creo que hay que quejarse. Con respecto a los atentados de París no creo que una nueva acción armada sea la solución, yo he pensado lo mismo, qué va a pasar ahora con los refugiados, creo que tenemos que cambiar el chip, hay que buscar otros medios para este tipo de conflictos y no demonizar ni a musulmanes ni a los refugiados y tampoco quiero amargar a mis hijos, quiero educarlos en la paz y en la tolerancia a pesar de todo. Me ha sentado genial este café contigo! Un besazo!

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Hola, compartimos profesión y comparto absolutamente tu enfado (tambien respecto al deterioro de la sanidad pública). Imagino que conoces la iniciativa de un grupo de socorristas españoles, Proactiva Open Arms, que están rescatando gente del mar entre Turquia y Lesbos. Animo a tus lectoras a apoyarles económicamente y a difundir su trabajo. Un abrazo, y enhorabuena por tus creaciones.Mariángeles Rada Soto

    ResponderEliminar
  5. Totalmente de acuerdo con tu cabreo, y me parece necesario sacar a pasear de vez en cuando las protestas. Porque en esta época tan jodida, y con los acontecimientos de esta última semana y estos últimos meses, lo peor encima es oír decir según que barbaridades. Vamos para cabrearse.

    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Precisamente estos días, después de lo ocurrido en París, hablábamos mi hermana y yo sobre lo de juzgar a todo el mundo por igual; me explico, por su regla de tres los alemanea som todos nazis o cuando Eta actuaba todos los españoles eran etarras... por favor!!! Se nos está yendo mucho la olla!! Si no habéis visto la entrevista del Intermedio en la sexta al periodista Ramón Lobo ya estáis tardando... no era Ghandi el que decía ojo por ojo y el mundo acabará ciego? Ea, ya me quedé a gusto!!! Una vez más enhorabuena por tus brillantes iniciativas!! Bicos, iños y muas

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar