Si te apetece acompañarnos en nuestro repaso, abróchate el cinturón porque despegamos ya!
Viajar con niños te obliga a cambiar el chip, por lo menos en nuestro caso. Antón y Anxo tienen resistencia y están acostumbrados a ir caminando a todas partes pero, aún así, hay que bajar el ritmo y adaptarse a ellos. Por eso me gusta visitar con ellos ciudades que ya conozco, así no tengo la frustración de culo inquieto por no poder ver todo lo que quisiera y también tengo más claro qué quiero enseñarles.
En otro aspecto en el que hemos cambiado nuestra manera de hacer las cosas es en el alojamiento. Desde que viajamos con niños el alquiler de una casa es nuestra fórmula. Habíamos Probado Airbnb en Oporto y nos gustó tanto que también lo utilizamos en Londres. Elegimos un barrio residencial tranquilo del sur de Londres. Bien comunicado por bus y metro y con supermercados cerca. Con eso tenemos suficiente.
Me encanta la sensación de, aunque sea por unos días, convertirme en lugareña. Ir al supermercado, hacer cola en la parada del bus y que los niños puedan jugar un ratito en el patio trasero. Mi marido se quejó bastante de que la casa necesitaba alguna reparación pero estaba muy limpia y tenía wifi. Un poco pequeña tal vez pero para mí genial.
La verdad es que tengo un amor por Londres, y por Reino Unido en general, que he de reconocer que soy muy tolerante con sus defectos. Adoro su forma de ser un poco cuadriculada y disfruto como una enana viviendo en un típico barrio inglés con sus casa de ladrillo como esta que teníamos enfrente de la nuestra.
Cuando planteamos nuestro viaje teníamos claro que teníamos que hacer una visita a alguno de los edificios emblemáticos que todos identificamos con Londres. No podíamos irnos sin ver el Big Ben, el Tower Bridge o el Palacio de Buckingham.
Siempre que visitamos Londres utilizamos el metro para desplazarnos pero, en esta ocasión, gracias a una recomendación de mi prima que fue un auténtico descubrimiento, nos atrevimos con el autobús. Resulta que todas las paradas tienen un código (una o dos letras) así que es muy fácil orientarse, enseguida sabes si es tu parada o no. Y para los niños, especialmente para Anxo, el rey del red bus, es genial. Ellos descansan durante los desplazamientos y, al mismo tiempo, pueden ir viendo la ciudad lo cual resulta mucho más agradable que el metro.
El mapa y la cámara de fotos fueron otros dos de los grandes aciertos de este viaje. Nos compramos el London Children's Map que os recomiendo para los niños. Es un mapa sencillo hecho para ellos donde aparecen dibujados los principales monumentos y además trae unas pegatinas para que señalicen el lugar donde se alojaban o las cosas de su interés.
En cuanto a las fotos, les dimos nuestra vieja cámara compacta para que usaran a su criterio y, además de entretenerles muchísimo, nos descubrió dos grandes fotógrafos. Lo dicho, la cámara infantil va a ser un fijo de nuestros viajes. Te enseñaré algún día alguna de sus fotos porque, como buenos hijos de bloggers, no sólo hacían fotos de los monumentos sino también de los zapatos, varios selfies...en fin: de pais gatos, fillos michos (de padres gatos, hijos gatitos).
Con respecto al London Eye no sé qué decirte. En casa tenemos opiniones contrarias: yo creo que no vale la pena por lo carísimo que es (95 libras toda la familia), David dice que es caro pero compensa y los niños dicen que mola. Quédate con la versión que más te convenga.
En honor a la verdad te diré que a mí no me gustan nada las alturas y que, aunque no notas el movimiento, a mí me dio un poco de grimilla. Lo cierto es que las vistas son impresionantes y el trayecto nos sirvió para hacernos unas fotos juntos. Si te animas a montarte te recomiendo que compres las entradas con antelación porque, además de conseguir un pequeño descuento, pasarás sin esperar cola cosa que, con niños, puede echar al traste cualquier plan.
Lo que sí merece un capítulo aparte en Londres son los museos. Nosotros elegimos tres para no atiborrarlos. La mayoría de ellos son gratis y tienen material específico para niños también gratuito aunque a veces piden un depósito que te devuelven a la salida.
Empezamos por el British Museum. Tienen disponibles unas mochilas con actividades guiadas para los niños. Tendréis que elegir el tema: Egipto, Grecia, Roma...Nosotros escogimos Egipto y te puedo asegurar que en mi casa hay dos expertos de primer nivel en momias y técnicas funerarias. La actividad dura aproximadamente 45 minutos y es absolutamente deliciosa. Sólo está disponible en inglés.
En el Natural History Museum más de lo mismo. También pueden tener sus mochilas que vienen con prismáticos y salacot para que se conviertan en exploradores. En este caso nos tocó, porque no nos dieron elección, anfibios y reptiles. La actividad es más sencilla que en el British pero así te queda tiempo para ver los dinosaurios que son la estrella del museo, al menos para mis hijos.
Un museo que está fuera de los circuitos habituales y que nosotros conocimos gracias a Begoña de Tea on the Moon, es el Geffrey Museum. Cuenta la evolución de las casas de clase media desde el año 1600. Es un museo pequeñito y muy tranquilo con muchas curiosidades para los peques. Tiene un jardín precioso y, si haces coincidir vuestra visita con uno de los días de apertura de la Almshouse, podrás visitar una de estas casas por dentro. Las Almshouses eran unas casas que financió Sir Robert Geffrey para los jubilados de sus empresas siderúrgicas.
El museo abre de martes a domingo pero la Almhouse sólo 3-4 días al mes porque la visita está organizada por voluntarios así que te recomiendo que lo tengas en cuanta cuando organices tu viaje porque es absolutamente recomendable. El museo es gratuito y la Almhouse cuesta 2 libras por persona y sólo pagan los adultos.
Un plan que no habíamos hecho nunca en Londres es tomarnos un afternoon tea y, aprovechando que mi prima nos invitaba a tomarlo en su hotel, allá nos fuimos. Lo sirven desde la una hasta las cuatro de la tarde así que aprovechamos para hacer la comida de ese día. Delicioso, exquisito, absolutamente impresionante. Que nos pusimos las botas, vamos. Sandwiches, mini-hamburguesas, macarons, scones...y té, claro. Comimos tanto que alguno se quedó dormido y aprovechó para una siesta.
Y, como el Hotel Churchill está cerca de Hyde Park, y la verdad es que todos necesitábamos descansar, decidimos pasar la tarde tirados a la bartola. Nos costó muchísimos encontrar niños de su edad con pelota de fútbol, sólo encontramos a un grupito de tres que se nos marchó enseguida. Me encantó ver a mis hijos jugando con otros niños sin importar el idioma. De verdad que es cierto que el fútbol es el idioma universal. Nos dio tiempo a descansar, a jugar y, cómo no, a dar de comer a las ardillas.
La verdad es que disfrutamos tanto viendo un Londres nuevo desde los ojos de un niño, que ya estamos pensando en nuestro siguiente destino. La verdad es que yo, que fui reticente a los viajes de ciudad con niños. no puedo alegrarme más de haberme lanzado a hacerlos. Algunos me dicen que en unos años no recordarán nada de lo que han vivido aquí. Yo no estoy de acuerdo.
Seguramente no recuerden detalles (yo tampoco) pero saben que los buses en Londres son de 2 pisos, que los egipcios para momificar a los cadáveres les extraían todos los órganos salvo el corazón y que en Inglaterra la mayoría de las casas son unifamiliares y están hechas de ladrillo. Habrán visto a gente de multitud de colores con ropas muy diferentes a las que están acostumbrados y eso, para mí, es el mejor regalo que puedo hacerles.
Espero que te hayan ayudado alguno de mis consejos y que te animes a visitar la ciudad. Me ha encantado recordar contigo nuestro viaje. Si te apetece, te invito el viernes a un café... En las nubes, claro.
Yo tengo muchísimas ganas de llevar a mi peque a Londres y después de ver tu post mas!!!
ResponderEliminarQ suerte q han podido visitar la cabina, a mi hijo le encantaría dice q de mayor quiere ser piloto! Si lo pides te dejan o es q conocíais a alguien de la aerolínea?
Me anoto lo de las actividades para niños de los museos.
Un abrazo.
Susana.
Me alegro de que te haya gustado el post Susana, ya verás lo que disfrutas en Londres. Con respecto a lo de la cabina, nosotros teníamos la suerte de conocer al piloto así que fue muy fácil. De todos modos, si lo pide tu niño con ojos de perrito triste no creo que te lo nieguen!!
EliminarGracias!! Lo intentaremos en el próximo viaje!!!
EliminarSusana
Me encanta!!! Habrá q probar, gracias por un post tan detallado.
ResponderEliminarAlba 😓, q eso de anónimo sueva a acosador!
EliminarGracias Alba, por estar siempre ahí!
EliminarMe encanta! una de mis ciudades preferidas. Nosotros llevamos a Héctor para ver el encendido navideño el diciembre pasado y estoy contigo en que el juego es el idioma universal. No te creas, Héctor solo tiene tres años y se acuerda de un montón de cosas de Londres! los viajes calan!
ResponderEliminarYo me he quedado con ganas de repetir pero hay tantas ciudades que me apetecería visitar con ellos que supongo que tendremos que cambiar...Un beso!!
EliminarHola:
ResponderEliminarMe encanta tu post. Iremos a Londres la primera semana de Julio y me gustaría que me dijeras en qué apartamento te alojaste en Londres. Viajamos con dos niños, 5 y 2 años y necesitamos un apartamento para alojarnos.
Otra pregunta: el Barrio estaba muy lejos del centro??
Gracias.
Te mando el enlace de Airbnb a ver si te sirve.
Eliminarhttps://www.airbnb.es/rooms/429444
Estaba a unos 15 minutos del centro en autobús, caminando implanteable.
Estaba limpio aunque bastante usado, la wifi iba genial y el barrio tranquilo con supermercado a 2 minutos andando.
Ya me constarás si te animas. Un beso!
Es uno de los destinos que nos encantaría ir con nuestras hijas. Me han dicho que hay varios aeropuertos dependiendo donde vayas.... cual nos aconsejas?
ResponderEliminarMe encanta mi avioncito de Vueling y esos compis tan majos de base Coruña!!!!
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