Aunque souto en gallego significa bosque de castaños, la especie mayoritaria de este bosque es el eucalipto. La mayoría de ellos centenarios, fueron plantados alrededor de 1880 para facilitar el drenaje de los terrenos encharcados por el río Landro.
Como casi siempre nos pasa, nos costó un poco encontrar el inicio de la ruta. Seguimos a Google Maps que nos dejó tirados en medio de la carretera diciéndonos que habíamos llegado a nuestro destino así que tuvimos que recurrir al método clásico: preguntarle a un paisano del pueblo.
Con sus indicaciones lo encontramos muy fácilmente. Hay un sitio amplio para dejar el coche e iniciar la ruta. Como veis, es camino llano apto para todos los públicos, incluso sillas de bebé.
Puedes dejar el camino y acercarte a la orilla del río, hay escaleras para facilitarte la subida y la bajada, aunque siempre es más divertido hacerlo a lo salvaje...
y celebrar el ascenso como si fuera un 8000. Pese a que la ruta tiene una longitud de 1300 metros, a nosotros nos dio para unas tres horas. Recoger eucaliptos, concurso de puntería, escondite...
A medio camino se encuentra la estrella de la ruta: el avó de Chavín. Es el abuelo del bosque, un eucalipto de 67 metros de altura y más de 10 metros de perímetro considerado el árbol más grande de España.
Hacen falta 6 adultos para poder abrazarlo, mirad lo lejos que se quedaban mis chicos!!
En el entorno del Avó hay un claro con unos bancos donde aprovechamos para comer. El menú, gourmet total, bocatas para ellos, ensalada para mí (enlace para mi domadora...). Monísima en su bote, la de ganas que tenía yo de hacerme una ensalada de bote!. Estaba buenísima, eso sí, os recomiendo que si probáis este método, no os olvidéis el tenedor como hice yo. Afortunadamente no hay documento gráfico del momento me-como-la-ensalada-con-los-dedos...
Después de comer un ratito de juegos, si os gusta el escondite estáis de suerte, árboles y árboles donde esconderse, creo que si por ellos fuera, aún estaríamos allí...Pero había que continuar camino hasta la cascada...
Es el punto final de esta ruta y, aunque tampoco es nada de otro mundo, ayuda a que los niños matengan el interés.
La verdad es que, aunque hacía frío, el día estuvo genial. Bien abrigaditos pudimos disfrutar muchísimo de un domingo diferente. Al final ya estaban un poco cansados, sobre todo Anxo, así que hubo que recurrir al truco infalible...
las galletas-sorpresa de mamá son la gasolina necesaria para dar vuelta y regresar a casa.
Espero que os haya gustado nuestro plan y que os animéis a hacerlo los que vivís cerca. Podéis contármelo En las nubes...
La verdad es que leyendo esto dan unas ganas locas de hacerlo!!!! Un plan genial sin duda!!!! Un besito
ResponderEliminarApto para ir con Irene y con Hugo, sólo con cuidado de que el pequeño terrorista no se tire al río...Jajaja Un beso!
EliminarQué chulo! Y además, para los niños, un paseo por un bosque siempre es una aventura!
ResponderEliminarEs aún más bonito que en las fotos Rocío! Muy recomendable. Un beso.
Eliminarque guay!!! me encanta ese árbol gigante!!! y la foto de la cascada impresionante
ResponderEliminarGracias Beby! Pues anímate, que está muy cerquita...Un beso!
EliminarCómo me alegro de que os haya gustado. A mi me gustan vuestras fotos 😉😘. Un besote.
ResponderEliminarMil gracias Aniña, por la recomendación y el piropo! Un beso enorme!!
EliminarMil gracias Aniña, por la recomendación y el piropo! Un beso enorme!!
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